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Educacion Expandida, el libro

Educación social autónoma abierta

por Dolors Reig Hernández

If you think the fallout in the newspaper business was dramatic,
wait until you see what happens to education.
Seth Godin (2009), bloguero

HA LLEGADO EL MOMENTO DE CAMBIAR LA EDUCACIÓN…

Son ya algunos años observando, experimentando, contribuyendo a la construcción de la Sociedad red, desde un excedente cognitivo y social “enmascarado durante los últimos 50 años” (Shirky, 2008). Demasiado
tiempo de medios masivos emitiendo estilo broadcast las verdades del poder explosionan ahora la inteligencia, la sociabilidad de las personas interesadas en el conocimiento y desde lugares alejados de las corrientes de lo mayoritario, de lo normativo, de lo institucional.
Sabíamos que se haría necesario, ante un escenario de cambio en las formas de comunicación masiva y por tanto, de poder, (Castells, 2009), ser disruptivos. Especialmente en cuanto a aquello que prepara la ejecución de nuestros roles y determina irremediablemente el futuro de cualquier sociedad: la educación.
Subimos sin dudarlo a la ola Groundswell (Forrester, 2008), literalmente
“remolino”, que supo representar con una bonita metáfora la ola de democratización social, de confianza que ha permitido Internet, y que
amenaza con llevarse por delante a muchas empresas que no sean conscientes de este cambio en la manera de relacionarse con sus clientes.

La emergencia de nuevas formas de comunicación, de nuevos escenarios y posibilidades de socialización a través de lo que hemos denominado software social nos dejaba, según Clay Shirky, autor iniciático en temas de web social en uno de los libros clave, Here comes everybody, the power of organizing without organizations (2008), en una situación parecida a controlar un kayak corriente abajo de un entorno tecnológico nuevo: “Tenemos un grado pequeño de control sobre cómo se difunden estas herramientas, pero ese control no incluye la posibilidad de dar marcha atrás, o ni siquiera de alterar radicalmente la dirección en que nos movemos.” Dicho de otro modo, la ola que inunda áreas tan diversas como la cultura, la empresa, el periodismo es ya imparable. Las versiones 2.0, término impopular pero que todos vamos entendiendo, en todos estos ámbitos, no tienen vuelta atrás. Nos toca no solo aprender a manejar el nuevo software, el hardware, sino también lo más difícil: cambiar nuestra forma de pensar en torno a todo ello: nos toca cambiar también de “Mindware”, de mentalidad.

La idea de cambio fundamentaba, en educación, otra de las organizaciones cada vez menos necesitadas de institucionalización, la Open Education Conference de este año. Proponía incluso un manifiesto por el cambio en educación superior. Las corrientes sobre Open Social Learning que trabajan desde Instituciones tradicionalmente vinculadas a la Sociedad-red, como la Cátedra Unesco de la UOC [1], los congresos internacionales punteros en cuanto a tecnología e innovación educativa (Online Educa Berlín 2009), así como diversos informes (Horizon, Comisión Europea, etc.) e iniciativas políticas diversas y más o menos acertadas alrededor del mundo [2], coinciden en la sensación de urgencia que llega incluso a ser argumento de la última producción del célebre cineasta Lord Puttnam: “Somos la generación que estábamos esperando” [3].

Ha llegado el momento de cruzar, al estilo de Geoffrey Moore en Crossing the Chasm (1991), el abismo entre las primeras visiones, típicamente innovadoras, y las más tardías, normalmente más pragmáticas que permiten que una idea se convirtiera en mayoritaria.

No nos sirve ya el viejo modelo, basado en la asunción pasiva de los
contenidos producidos por meritocracias e industrias de la publicación en aulas cerradas al mundo. Los nuevos modelos apuestan por la apertura, por el fin de los jardines vallados dentro y fuera de la web. Las redes sociales y de contenidos distribuidos centralizados en entornos autoconstruidos son elementos esenciales de ese futuro. En 2020, nos dice David Wiley, experto en educación superior abierta, todo habrá cambiado. Esperemos contribuir a ello en este libro, que viene a sumarse al esfuerzo colectivo de reinvención, de trazado y recorrido de caminos hacia enfoques más abiertos. Son diversos los recursos para el aprendizaje que están hoy distribuidos a lo largo y ancho de este nuevo universo social de conocimiento abundante que es la web.

Repasaremos en este capítulo las distintas teorías, las nuevas narrativas que emergen en torno a la confluencia entre Sociedad-red y educación. Elegimos un hilo conductor fundamental: las nuevas abundancias.

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO ABUNDANTE

Si bien no es del todo cierto que el conocimiento sea el elemento central del cambio de paradigma en que nos sentimos inmersos (el conocimiento ha estado presente también, como elemento central, en cualquier cambio de paradigma anterior, como nos recuerda Castells en La era de la información, 2002), lo que es innegable es que la Sociedad-red resulta un ecosistema propicio para que el mismo fluya y se reproduzca, se convierta en un elemento cada vez más abundante.

Dicho de otro modo, el término Sociedad del Conocimiento, formulado
casi como utopía en otras épocas (Drucker, 1969), toma un sentido global, universal, libre, posible aquí, en redes que permiten compartir y generar información y conocimiento a más personas, de forma más democrática y, probablemente, con mayor eficiencia que en cualquier otro momento de la historia.

Incluso desde un punto evolutivo, diría Frank Schirrmacher (2009), somos Infornívoros (o Informávoros, ambos como neologismos). La revolución que ha propiciado Internet en el mundo de la información y la comunicación, el auge y la socialización del consumo y la producción de contenidos en la red, nos obliga a adaptarnos y a seleccionar información de forma continua. Para sobrevivir sin morir de “infoxicación” será necesario saber gestionar la información. La adaptación a la sociedad del conocimiento abundante en un mundo afectado de problemas cada vez más complejos, podría significar nuestra superivivencia. Veamos algunas de las nuevas abundancias, en especial aquellas que afectan a la educación.

CONEXIONES ABUNDANTES, APRENDIZAJE CONECTADO

Nos referimos al conectivismo, definido por Siemens, G. (2004) como la
teoría del aprendizaje en la era digital. Podríamos decir que lo que postula es que el caos, la distribución en red de la información en el nuevo entorno, requieren nuevas formas de aprender, afines tanto a la red como a nuestros propios mecanismos cerebrales y basadas en el reconocimiento de patrones, de conexiones entre distintos nodos informativos, de conocimiento.
El conectivismo superaría, actualizaría las tradicionales teorías del aprendizaje y sus correspondientes tradiciones epistemológicas:

Conductismo (objetivismo), Cognitivismo (pragmatismo) y Constructivismo (interpretativismo). Incorporaría, además, muchas otras herencias, como las que reconoce de forma explícita: Sistémicas, Teorías de la complejidad, Ciencias del caos, de las Redes o la Neurobiología son algunos ejemplos. Son varias las cosas que han cambiado, generando la necesidad de nuevos marcos explicativos:

  • Reducción de la vida media del conocimiento, que puede resolverse mediante enfoques de capacitación que incorporen contextos de aprendizaje informal, continuo y ubicuo, como veremos más adelante.
  • La organización y el individuo son organismos que aprenden. El aumento de interés por la gestión del conocimiento en entornos dinámicos y complejos, muestra la necesidad de una teoría que trate de explicar el lazo entre el aprendizaje individual y organizacional.
  • La tecnología está alterando (recableando) nuestros cerebros. Las herramientas que utilizamos en la web, definen y moldean nuestro pensamiento. A la vez, muchos de los procesos manejados previamente por las teorías de aprendizaje (en especial los que se refieren al procesamiento cognitivo de información) pueden ser ahora realizados o potenciados.
  • Lo fundamental del aprendizaje ocurre en la red. Incluso los enfoques del constructivismo social, los cuales sostienen que el aprendizaje es un proceso social, promueven el protagonismo del individuo (y su presencia física, es decir, basado en el cerebro) en el aprendizaje cuando el centro del aprendizaje está en las redes, en las conexiones que en ellas se establecen.

A diferencia del constructivismo, el cual establece que los aprendices tratan de desarrollar comprensión a través de tareas que generan significado, desde las teorías del caos se señala que el significado existe, y que el reto del aprendiz es reconocer los patrones que parecen estar escondidos. La construcción del significado y la formación de conexiones entre comunidades especializadas son actividades importantes para Siemens desde esta perspectiva.

El trabajo de Albert-László Barabási sobre las redes libres de escala (“los nodos compiten siempre por conexiones, porque los enlaces representan supervivencia en un mundo interconectado”, 2002, p.106) deriva en la idea de que la probabilidad de que un concepto de aprendizaje sea enlazado depende de cómo de bien enlazado está actualmente. Así, los nodos (sean áreas, ideas, comunidades) que se especializan y obtienen reconocimiento por su experticia tienen mayores oportunidades de reconocimiento, resultando, en palabras de Siemens, en una polinización cruzada entre comunidades de aprendizaje.

La necesidad de evaluar la pertinencia de aprender algo es una metahabilidad que es aplicada antes de que el aprendizaje mismo empiece; algo muy adaptativo en un contexto de conocimiento es abundante. Asimismo, saber cómo y saber qué están siendo complementados con saber dónde (la comprensión de dónde encontrar el conocimiento requerido). Si antes la información era poder, ahora la información compartida, contextualizada, accesible en cualquier momento y desde cualquier lugar o dispositivo, es la clave del poder.

El conectivismo, a partir de la abundancia informativa en la web, diría
que es imposible saberlo todo, es imposible que nuestro conocimiento esté permanentemente actualizado. Para un aprendizaje sostenible, escalable, que dure en el tiempo, será más útil construir una red de fuentes de aprendizaje de la cual podamos entrar y salir en cualquier momento. Redes, Entornos Personales de Aprendizaje (en adelante PLE) serán el método, las herramientas más sostenibles y eficaces aquí. Stephen Downes (2005) realizaría de forma complementaria al conectivismo y en el ámbito del e-learning, interesantes análisis de la diferencia entre grupos (tradicionales) y (nuevas) redes. El conocimiento es conectivo y distribuido en estas últimas.
El aprendizaje rizomático incorpora la negociación al proceso. Derivado de la filosofía de Deleuze y Guattari (1994) y adaptado por Dave Cormier (2008), completaba las primeras teorías conectivistas.

Destacar, por último, la experiencia viva de conectivismo que constituyen los MOOC (Cursos masivos abiertos online), en la www como plataforma de fuentes distribuidas y sus herramientas sociales (blogs, wikis, redes) facilitando el aprendizaje conectado. Iniciativas de formación libre, similares a los habituales modelos freemium, organizadas por George Siemens y Stephen Downes y sobre el propio conectivismo, han ocurrido ya en 2009, con dos ediciones (CCK08, CCK09) que han contribuido a popularizar el conectivismo.

Más que la información, es la socialización la función emergente como uso fundamental de Internet.
Amanda Gefter en Turkle, Gefter et al. (2006)

CONVERSACIÓN ABUNDANTE (EMPODERAMIENTO), APRENDIZAJE SOCIAL

Es la idea que refleja Rick Dove (2003): “La inteligencia individual es
asimilable a una neurona. La inteligencia grupal, que desafía cualquier intento de localización, captura o aislamiento es distribuida y fluida como nuestro propio cerebro.”

Inteligencia colectiva (Lévy, 2004), Multitudes Inteligentes (Rheingold,
2002), Sabiduría de las Multitudes (Surowiecki, 2004), mediante la puesta en marcha de procesos como el de Intercreatividad (Berners-Lee, 2000), en un entorno adecuado, una arquitectura afín a la Participación (O’Reilly, 2005) han sido ideas surgidas en torno a la nueva Conversación abundante, al empoderamiento final para individuo y colectivo que representa. Participación, colaboración, conexión, son las claves para que, en términos cartesianos como los que explicita Seeley Brown en Minds on Fire (2008), estemos evolucionando desde la perspectiva de “Pienso luego existo” a la derivada del constructivismo social, el propio conectivismo y la propia concepción de la Web 2.0, “Participo, luego existo”. Existo como Prosumidor activo, productor de conocimiento y soy el verdadero protagonista de la web social. Participo y soy origen y destinatario de la información, del conocimiento.

Participo, luego existo. Y mi existencia se basa en que participo, en
comunidades pero sobretodo en la nueva conversación abundante. Estas nuevas conversaciones, declaradas en el Cluetrain Manifesto (1999), serían trasladadas a la educación por Laurilliard, 2002: El proceso educativo es también una conversación.

Resume bien la idea que pretendemos explicar el término “empoderamiento” (“empowerment” en inglés), que incluye la necesidad de formar hacia la plena ciudadanía digital: la promesa que se hace al alumno ahora es, como ocurre en periodismo, la interacción, la horizontalización y bideraccionalidad de las comunicaciones, lo que muy bien describiría Castells recientemente (2009) como fenómeno de autocomunicación de masas.

Una idea parecida es la que nos presentaba Michael Wesch en la conferencia “The Machine is (Changing) Us: La cultura YouTube y la política de la autenticidad” (2008), a partir del viral “The machine is using us”: Internet, los nuevos medios nos aportan la libertad para experimentar nuestra propia humanidad sin miedo o ansiedad. Facilitan, potencian el proceso, nos modelamos, al más puro estilo McLuhan (1967), alrededor de la siguientes características de las herramientas de la web:

  • No son unidireccionales.
  • El individuo es creado por y alrededor de redes, no de masas.
  • Lo individual se transforma en acción colectiva (formar grupos, con los nuevos medios, es, como diría Shirky, 2008, tremendamente fácil). Es típico definir también el fenómeno de Amateurización de las masas, con la pasión como centro inherente. Y es que siguiendo una vez más a Shirky (2008), gracias a los blogs, wikis y plataformas colaborativas (“User generated Media”), millones de usuarios dejaron de ser meros consumidores para convertirse en productores y distribuidores de información. Ya no es necesario ser un periodista profesional para poder filtrar y publicar una noticia. Si la información es reconocida como valiosa por la comunidad, el efecto viral la llevará a ocupar un lugar destacado en la red, tal como si la hubiera publicado la CNN o The New York Times.

Pasión derivada de la facilidad del nuevo entorno para satisfacer las
necesidades (autorrealización) más elevadas del ser humano, según la célebre pirámide de Abraham Maslow (1954). Es una idea que rescatan, tanto Linus Torvalds como Pekka Himanen en La ética del Hacker (2001): “La ética hacker es una nueva moral que desafía la ética protestante del trabajo, tal como la expuso hace casi un siglo Max Weber en su obra clásica La ética protestante y el espíritu del capitalismo, y que está fundada en la laboriosidad diligente, la aceptación de la rutina, el valor del dinero y la preocupación por la cuenta de resultados.

Frente a la moral presentada por Weber, la ética del trabajo para el hacker se funda en el valor de la creatividad, y consiste en combinar la pasión con la libertad. El dinero deja de ser un valor en sí mismo y el beneficio se cifra en metas como el valor social y el libre acceso, la transparencia y la franqueza.”

La educación 2.0 hereda el matiz activista de los postulados de Dan Gillmor (2004) para el periodismo ciudadano y podría definirse como aquella que devuelve la voz al antes “alumno” pasivo y ahora participante activo en un proceso de conversación y producción de conocimiento constante y más horizontal que nunca.

Cambia el proceso de generación de noticias (“The news new process”, lo llamaría Jeff Jarvis, 2008). La comunicación personal (communication media) y la publicación (broadcasting media) se han fusionado, poniendo en crisis a las figuras profesionales encargadas de filtrar la información antes de publicarla. Ahora, para Shirky (2008), en la era del amateurismo de masas, el filtrado es social y posterior a la producción: primero se publica y después
se filtra por medio de etiquetas (podéis ampliar en torno al concepto de
Folcsonomía [4], enlaces, etc.).

Educar la participación, ahora abundante, es tarea fundamental de los
nuevos facilitadores, tutores, dinamizadores o cualquier otro término que indique nuevos roles horizontales de intercambio y no de transmisión unidireccional de conocimiento, como veremos en el apartado de aprendizaje autónomo.

Compartir será un a priori, elemento esencial en el proceso de aprendizaje participativo, social, que la red posibilita. El nuevo Sharismo de Isaac Mao
(2008) será el marco filosófico ideal para conceptos que emergen desde el mundo de los social media (Generosidad Letal, Owyang, 2007) o la educación, con Gary Hall y su filosofía “Steal this” (2009) defendiendo el auto pirateo: “Al ver todas las recompensas inmediatas y emergentes que puedes obtener compartiendo, es posible que llegues a darte cuenta de que te has olvidado de los derechos de autor y el ‘Todos los derechos reservados’. Estarás demasiado ocupado disfrutando del compartir como para preocuparte de quién te copia. La nueva fórmula económica es: cuanta más gente remixe tus obras, más obtendrás a cambio” (Mao, 2008).
El fenómeno P2P en la cultura, el intercambio de bienes como el dinero
(créditos entre pares) o la vivienda, emergen con fuerza (el documental US Now, 2008, presenta muchos ejemplos de ello).

Periodismo ciudadano, formas de Crowdsourcing capaces de crear
enciclopedias completas (Wikipedia), aplicaciones y sistemas sofisticados como Firefox o Linux o algunas experiencias de educación abierta, libre y gratuita en la red (como los MOOCs que ya veíamos) suponen una amenaza para las empresas, instituciones y organizaciones que antes se encargaban de proporcionar y cobrar por la provisión de bienes o servicios que ahora pueden tenerse de forma libre. Grupos de individuos empoderados por las nuevas tecnologías, con capacidades de auto-organización, de creación, de colaboración más importantes incluso que las que atesoran las instituciones, hacen innecesaria (Illich, 1971, inspira el movimiento para la desescolarización), en muchos casos, la figura, además algo desprestigiada, de la institución.

El cambio se hace urgente si quieren sobrevivir, si pueden seguir siendo competitivas en las Culturas de la participación. Y no solo en cuanto a la necesidad de conversar con clientes o usuarios sino también en cuanto a la gestión colaborativa de lo que se ha denominado el petróleo del siglo XXI, la información, el conocimiento.

Es en esto último en lo que se basan las teorías sobre aprendizaje en las organizaciones de Peter Senge (Organizaciones que aprenden, 1992), así como lo que Wenger denominaría la disciplina social del aprendizaje: las Comunidades de Práctica. Estas últimas son ejemplo de lo que Lave, J. y Wenger, E. (1990) denominarían teorías del aprendizaje situado o cognición situada, como tendencia metodológica anti-individualista cuya unidad básica
de análisis es la interacción recíproca y las actividades de las personas en contextos determinados.

Proyectos como Guadalinfo [5], en que dinamizadores territoriales comparten sus experiencias, o el programa Compartim de Comunidades de Práctica en la Administración de justicia de Cataluña son ejemploscercanos de todo ello [6].
Yo también me lo pregunto siempre, porque ella está en el horizonte
y si yo camino dos pasos ella se aleja dos pasos y si yo me acerco diez pasos, ella se coloca diez pasos más allá.

¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar
Eduardo Galeano, Palabras andantes, 2000.

COGNICIÓN ABUNDANTE, APRENDIZAJE AUTÓNOMO

No han faltado argumentos desde posiciones de resistencia, por parte de los viejos intelectuales, a entender las nuevas dinámicas de la cultura, del conocimiento. La alusión a las teorías de Linda Stone (2008) sobre el casi nuevo déficit de atención continua parcial (ADD) o la célebre provocación de Nicholas Carr (2007) sobre los contenidos basura en la red: “Google nos hace estúpidos”, estudios que demuestran la bajada en los resultados académicos de los estudiantes activos en Facebook e incluso noticias en torno a las enfermedades físicas que el monstruo de las TIC podría provocar, son buenos ejemplos de un tecnodramatismo apocalíptico y opuesto a la integración, que es ya antiguo y fue bien descrito por Umberto Eco (1965).

Es el tema también del trabajo de B. J. Fogg (2003), que desde la Universidad de Stanford y Sillicon Valley sigue investigando en torno a la interesante idea para el tema que nos ocupa, de las Tecnologías (también las aplicaciones para redes sociales, como Facebook o el vídeo online) como elementos de persuasión. Me sitúo personalmente en el extremo Tecnoutópico. Lo que estarían haciendo las tecnologías es reconfigurarnos (recablearnos, como veíamos en el punto sobre conectivismo), generar abundancia también en lo cognitivo. Esto influiría en la evolución de nuestras propias inteligencias, sean entendidas estas de forma individual, colectiva o indisoluble. Kevin Kelly, Raymond Kurzweil, Jamais Cascio (2009), son algunos de los autores de culto al respecto. De este último es la idea que he escogido para ilustrar el tema: si el aumento de la inteligencia tiene el impacto esperado, pronto entraremos en una nueva era. El foco de nuestra evolución tecnológica estará en menor medida en cómo adaptarnos al entorno físico y en mayor en cómo adaptarnos a la enorme cantidad de conocimiento que hemos creado. Podemos llamarla Nooceno, desde el concepto de Pierre Teilhard de Chardin (1993) de Noosfera, conciencia colectiva creada por la interacción profunda de las mentes humanas. Ideas similares son las de Jamais Cascio (2009), o el excelente Kevin Kelly (2009) y su fuerza natural “The Technium”, que nos hace como humanidad sinónimos de tecnología. A diferencia de otras especies, no dependemos de la evolución natural, únicamente de nuestra inteligencia para sobrevivir, también la tecnología, la farmacología impulsarían aquello que nos hace únicos como especie: nuestra inteligencia, tecnológicamente aumentada.

Debemos, en educación, evolucionar en consecuencia. El esfuerzo cognitivo hoy lo hacen en mayor medida los maestros que los alumnos. Debemos, en definitiva, volver a ser lo que destaca Piscitelli (2009) como precedente edupunk: el “maestro ignorante” de Jacotot, recuperado por Rancière (1991), aquel que desmitifica al maestro que todo lo sabe, que construye la conciencia de su propio saber a costa de la conciencia del no-saber de los demás: “Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia.”

La evolución, en el caso del e-learning, es desde cosas como las plataformas estandarizadas, construidas, dirigidas por agentes externos (ingenieros, profesores, maestros) hacia herramientas propias de la web social: blogs, wikis, marcadores sociales, integrados entre otros muchos elementos formales e informales en entornos personales de aprendizaje autogestionados.

Si las aulas siguen un modelo que comunica lo conocido, en contraste, el modelo 2.0 es un modelo asimilable al laboratorio, que explora lo que todavía es desconocido. Así, incluimos en este punto, aunque íntimamente relacionado con el siguiente, el Aprendizaje experimental: de las aulas al laboratorio, diría Stephen Downes (2008), o en nuestro contexto, Maturana (2005): “Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer”.

El aprendizaje en entornos complejos, en el que el conocimiento existente se aplica a nuevos contextos requiere adoptar aproximaciones activas y exploratorias. La simulación, el juego, los “Serious games”, el “Digital GameBased Learning” de Marc Prensky (2007) o los trabajos sobre ludología
de Gonzalo Frasca (1999), serían ejemplos de lo que podríamos llamar
Pedagogía de la imaginación y que trabajaría en la recreación o creación de experiencias de diversidad, una de las claves fundamentales, en mi opinión, de la superioridad del aprendizaje en la web entendida como plataforma.
En definitiva, el aprendizaje autónomo supondría que si, en el contexto
actual, gracias a las tecnologías, ampliamos nuestras capacidades cognitivas, aumentamos la complejidad de conexiones en nuestro cerebro, en términos conectivistas, nos volvemos más independientes y menos necesitados de guías, más tolerantes hacia la ambigüedad que lógicamente genera un mundo cada vez más complejo.

Cuando el proceso de aprendizaje involucra la interacción entre el estudiante, sus profesores y el entorno, los contenidos ocupan la última posición en la escala, resultando fácilmente sustituibles.
David Wiley, 2009

CREATIVIDAD ABUNDANTE: APRENDIZAJE PROACTIVO

Asociado al carácter multimedia de la información, a los alfabetismos
múltiples propios de los nativos digitales (Piscitelli, 2009) o la “multiliteracy”, supone en la actualidad la necesidad de aprender a comunicar, a crear en audio, vídeo, imagen, texto o cualquier otro formato.

Abundancia, riqueza de formatos serían características de las nuevas Culturas participativas de Henry Jenkins (2006), propias del proceso de Convergencia de medios, proceso más cultural que tecnológico, que caracteriza nuestros tiempos. Relacionada con esta estaría la idea que titularía el célebre discurso de Ken Robinson en TED (2006): “Las escuelas matan la creatividad”. En un sentido parecido, potenciar la diversidad, las múltiples inteligencias (Gartner, 1983) y no sólo las tradicionalmente contempladas por la escuela, es un objetivo importante ahora. La cultura del “mashup”, la diversidad o remezcla de formatos (el educador como DJ, que recrea Scott Leslie, 2009) o el Proyecto Facebook de Piscitelli (2009) en la Universidad de Buenos Aires, derivan de estas ideas, así como de la de la necesidad de reinventar la propiedad intelectual y adoptar formas abiertas, libres, de compartición de contenidos. El propio Entorno Personal de Aprendizaje, que vemos en un apartado específico, puede verse como un “mashup”, agregado de herramientas destinado a optimizar el acercamiento a información distribuida entre múltiples fuentes y en distintos formatos.

ENTORNOS PERSONALES DE APRENDIZAJE

Serían, en resumen, la herramienta metodológica, los ambientes tecnológicos, dinámicos, proceso, más que como resultado (Downes, 2005) para el aprendizaje excelente en la sociedad del conocimiento abundante y todas las abundancias que de ella vamos derivando.

Del modelo de aulas cerradas y plataformas de e-learning o EVAs, a la web como plataforma, nuevo ecosistema del conocimiento abundante, de alumnos a participantes en un proceso formativo horizontal, de profesor a facilitador, dinamizador de conversaciones y construcción de entornos adaptados a las necesidades del individuo.

En este contexto surge la idea de los PLE: aparecido por primera vez en un artículo de Olivier y Liber (2001), el término de Entorno Personalizado de Aprendizaje constituye el epítome de una nueva forma de entender la educación.

Ubicuos (en la nube), libres (la apertura, la interoperabilidad de los datos entre aplicaciones, es un a priori para ello), usables, se basarán en tecnologías como la redifusión web, los protocolos de Sindicación y aplicaciones similares a los actuales lectores de feeds, como elementos de centralización de la conversación, del carácter distribuido de las diversas fuentes relevantes. Proporcionan una de las cosas que caracterizará el aprendizaje en la tercera década de la web (3.0) para muchos teóricos: la personalización, la mejora de la experiencia del usuario a través de la aplicación de distintos contextos. La elaboración de propuestas, de “framewoks” (Torres, 2009) desde la perspectiva de los PLE será una prioridad en los próximos tiempos, en los que me atrevería a predecir que el aumento en la madurez digital y las abundancias que describimos, en especial la abundancia cognitiva, serán factores decisivos para la elección de este tipo de metodología.

El gráfico es pionero en este tema en castellano y sitúa el centro en la idea de e-portfolio y Elgg como sistema de creación de comunidades, red social. Downes es uno de los autores que trabaja activamente en la elaboración de
otras propuestas.

If it is shown that there are better models of learning than the current model, then the credentialing function of the old model will be weakened.
Don Tapscott, Wikinomics, 2007

CONTEXTO ABUNDANTE, APRENDIZAJE INFORMAL

Deriva también del conectivismo la idea de que el aprendizaje es continuo, situado en necesidades y momentos concretos en los que es necesitado. Y eso, en un contexto de fluidez continua de la información arrebata el sentido a cualquier intento de localización. Las aulas son insuficientes, el aprendizaje consiste en la experiencia de entrar y salir en el flujo continuo de información al que, gracias a la red, tenemos acceso (Downes, 2005).

Aprendizaje informal sería para Jay Cross (2006) del ámbito del e-learning en organizaciones, el que se produce como resultado de las actividades de la vida diaria, en el trabajo, con la familia y en los momentos de ocio. No es estructurado y, generalmente, no conduce a la certificación. El aprendizaje informal puede ser intencional pero en la mayoría de ocasiones no lo es (es incidental o aleatorio). Aun así, podemos planificarlo.

Oldenburg (1989) y los terceros lugares, no reglados ni regulados, ambientes no formales de aprendizaje o Teemu Arina (2008), con su “Serendipity learning”, manifestarían ideas similares, presentándonos como “Homo contextus”, integrales y determinados por los múltiples contextos en los cuales aprendemos.

Ideas similares fundamentarían la Educación Expandida [7] del colectivo ZEMOS98, así como los movimientos “Edupunk” o “Edupop” [8], con su lema “Do it Yourself ”, de los que se habla con amplitud en este libro.

Ampliamente ligados a cuestiones socio-culturales, el aprendizaje sería para estos la experiencia consciente o insconsciente que puede ocurrir en cualquier lugar y momento y no solo en los circuitos tradicionales.
Son múltiples las experiencias educativas que puede proporcionarnos la web, desde conferencias de los principales pensadores/as distribuidas alrededor del mundo y recogidas en portales como Ted talk o Fora-tv, a servicios para compartir contenidos educativos como iTunesedu, edufire, edutube, etc.

Incluso la iniciativa de Sugata Mitra en las calles indias puede ser considerada en este sentido. Denominada “Hole in the wall” y definida por su autor como “mínimamente invasiva” (2009), la experiencia consiste en colocar ordenadores en las calles de la India con la finalidad de aportar soluciones que vehiculen la colaboración y la curiosidad natural de los niños para provocar experiencias de aprendizaje espontáneas.

Diversidad de contextos, de lugares. Y es que en relación a la Ubicuidad, el Mobile Learning se presenta últimamente con fuerza y posibilidades de extender las ventajas de la sociedad del conocimiento abundante a cualquier lugar del planeta.

No parece que la abundancia que ha centrado estas páginas vaya a decrecer. En el sentido contrario apunta el aumento exponencial de los datos que la propia expresión “web al cuadrado”, creada por Tim O’Reilly y John Battelle (2009), supone.

El aumento de aplicaciones y dispositivos para la Realidad Aumentada, de los sensores para la web de las cosas, vendrán, como todo parece indicar, a hacer aún más abundante la idoneidad de la Sociedad-red a las nuevas formas de Aprendizaje Social Autónomo y Abierto que hemos ido definiendo. Barcelona, 20 de diciembre de 2009.

[2Podemos tomar también como indicador el trabajo de la administración americana, que con el objetivo de tener la proporción más alta de graduados universitarios del mundo en 2020, prometía hace poco invertir 500 millones de dólares en un plan de educación online del tipo OER, OCW, consistente de momento en hacer disponibles determinados contenidos educativos para cualquier persona que esté pensando o haya decidido no poder afrontar los costes de la educación formal.

[3David Puttnam, productor de El expreso de medianoche, Carros de fuego, La Misión, etc., presentaba hace poco We Are The People We’ve Been Waiting For, cuyo tema central es la educación.

[4Folcsonomía: es una indexación social, es decir, la clasificación colaborativa por medio de etiquetas simples en un espacio de nombres llano, sin jerarquías ni relaciones de parentesco predeterminadas. Se trata de una práctica que se produce en entornos de software social cuyos mejores exponentes son los sitios compartidos como del.icio.us (enlaces favoritos), Flickr (fotos), etc. Wikipedia.

[8Edupop: Tendencia señalada, a partir de ciertas divergencias con el original Edupunk, por la gente de Nodos Ele.227 BIBLIOGRAFÍA ANDERSON, CHRIS (2009) Free: The Future of a Rad