Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players) Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players) Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players) Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players) Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players) Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players)
Panel de Control. Interruptores críticos para una sociedad vigilada

Entrevista: Bill Brown (Surveillance Camera Players)

por Rubén Díaz | ZEMOS98

- Rubén Díaz: ¿Existe la Habitación 101?
- Bill Brown: Sí, está dentro de nuestras mentes

147. “Para empezar, están las técnicas de vigilancia. Las videocámaras ocultas se usan en la actualidad en la mayoría de los almacenes y en otros muchos lugares, los ordenadores se usan para recoger y procesar enormes cantidades de información sobre personas. La información así obtenida aumenta enormemente la efectividad de la coacción física (es decir, la ley de aplicación). También están los métodos de propaganda, para los cuales los medios de comunicación de masas proporcionan vehículos efectivos. Se han desarrollado técnicas eficientes para ganar elecciones, vender productos, influir en la opinión pública. La industria del entretenimiento sirve como importante herramienta psicológica del sistema, posiblemente incluso cuando se están repartiendo grandes cantidades de sexo y violencia. El entretenimiento proporciona al hombre actual un medio de escape. Mientras es absorbido por la televisión, los videos, etc. se puede olvidar la tensión, la ansiedad, la frustración, la insatisfacción. Mucha gente primitiva, cuando no tiene ningún trabajo que hacer, está lo bastante contenta como para sentarse durante horas por un tiempo sin hacer nada, porque están en paz consigo mismos y con su mundo. Pero la mayoría de la gente moderna debe estar constantemente ocupada o entretenida, de otro modo se «aburren», es decir se vuelven inquietos, incómodos, irritables”.

Es el punto 147 de The Unabomber Manifiesto (1). El economista Steven D. Levitt cuenta la historia de un chico blanco “con unos padres que leen mucho y se involucran en la reforma de la escuela. Su padre, que tiene un buen empleo en la industria manufacturera, a menudo lleva al chico de excursión. Su madre es una ama de casa que finalmente regresará a la universidad y obtendrá la licenciatura en Pedagogía. El chico es feliz y obtiene muy buenos resultados en la escuela. Sus profesores piensan que puede tratarse de un auténtico genio de las matemáticas. Sus padres lo alientan y se sienten enormemente orgullosos cuando pasa de curso. Tiene un hermano menor adorable que también es muy brillante. La familia incluso organiza reuniones de carácter literario en su casa” (2). Levitt lo pone como ejemplo opuesto al del chico negro con problemas familiares, abandonado por su madre, golpeado por su padre y de currículo delictivo. Ambos, el chico negro y el blanco, llegan a Harvard. El chico negro es hoy un prestigioso economista que se ocupa de cuestiones raciales: Roland G. Fryer Jr. Al que, según Levitt “las cosas le fueron mal” fue al chico blanco: Theodore John Kaczynski.

Kaczynski fue profesor de matemáticas en la Universidad de California. A partir de la década de los setenta se alejó del mundanal ruido y desde 1978 hasta 1995 puso 16 bombas y fue el hombre más buscado de los Estados Unidos de América. Dicen que el FBI interrogó a 10.000 sospechosos y gastó 50 millones de dólares en intentar detenerle sin demasiado éxito. Su rechazo frontal al sistema tecnológico-industrial le llevó a arremeter contra las bases económicas y tecnológicas de la sociedad actual. Sus ataques con cartas-bomba a universidades (Un) y líneas aéreas (United Airlines) le valieron el apelativo de “Unabomber”. Tras varios años de actividad, envió un comunicado al New York Times explicando que el autor de las bombas era el Freedom Club, anarquistas anti-tecnología. Si el periódico publicaba su manifiesto, dejaría de atentar. El New York Times aceptó y publicó The Unabomber Manifiesto. Fue realmente el fin de Kaczynski. El “hermano menor adorable que también es muy brillante”, David Kaczynski, reconoció el estilo de Theodore comparando algunos de los párrafos que aparecían en The New York Times con cartas que había recibido su madre y lo denunció ante el FBI. David recibió un millón de dólares que como recompensa habían ofrecido por dar pistas reales acerca del posible paradero de Unabomber. La mitad del dinero la destinó a los familiares de las víctimas. La otra mitad, supongo, la disfruta actualmente. El 3 de abril de 1996 el FBI detuvo a Theodore Kaczynski en su cabaña de Sierra de Montana (3).

“Empezamos en noviembre de 1996 como una especie de seguimiento a la campaña Unabomber for President, que fue una broma que intentaba ridiculizar las elecciones de candidatos aquí en América”. El que habla es Bill Brown, miembro co-fundador del colectivo neoyorkino Surveillance Camera Players y protagonista real de este escrito. Es cierto que antes y durante la detención y juicio de Theodore Kaczynski, aparece un espíritu -o campaña irónica- apoyando la figura de Unabomber como candidato a presidente de los Estados Unidos. Aparecen pintadas por las universidades con la leyenda: “Unabomber for president” (4). Personajes como el anarquista y primitivista estadounidense John Zerzan se hicieron “famosos” por el apoyo que le dieron a Unabomber.

Los Surveillance Camera Players surgieron de dos grupos de amigos activistas, uno centrado en Michael Carter, autor de el Manifesto for the Guerrilla Re-programming of Video Surveillance Equipment (1995), y otro grupo alrededor de Bill Brown.

“Una vez acabada la campaña Unabomber for President, nos quedamos sin nada que hacer. Así, nos llegó la siguiente gran idea: esto fue la idea de fundar un grupo llamado "Surveillance Camera Players," basado en el Manifiesto for the Guerrilla Re-programming of Video Surveillance Equipment, que había sido escrito y distribuido en Nueva Escocia en 1995. Nuestra primera performance fue el 10 de diciembre de 1996. Consistió en representar una adaptación silente de la obra de teatro Ubu Roi de Alfred Jarry en frente de las cámaras de videovigilancia de la policía en una estación de metro de Manhattan. La policía vino a por nosotros y no nos dejó terminar la representación: ¡todo un éxito!”.

Esta entrevista debería haber sido en persona. Quedé con Bill Brown en que vendría a Sevilla a hacer uno de esos paseos que lleva haciendo desde hace años en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos (Portland, Chicago, Boston o Cincinnati) y Europa (Graz, Leipzig, Leeds o Barcelona). Queríamos que diese también un taller dentro del proyecto de Panel de Control. Interruptores críticos para una sociedad vigilada, en la novena edición de ZEMOS98. Lamentablemente, poco después de confirmar que venía, tuvo que cancelar el viaje porque algunos problemas legales no le permitían salir del país. Fui educado y no pregunté qué problemas legales eran esos, pero me quedé con ganas de hacerlo. Y al final la entrevista la hicimos por correo electrónico.

Surveillance Camera Players (SCP) es un colectivo que defiende la idea de que el uso de cámaras de videovigilancia por parte del sistema viola la Cuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos:

“El derecho del pueblo en cuanto a la persona, domicilio, documentos y efectos personales, así como estar a salvo de requisas y aprehensiones arbitrarias, será inviolable. No se emitirán autos, excepto con causa probable y afianzada en juramento o afirmación, que describa en particular el lugar y las personas o cosas objeto de la requisa” (Cuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos)

Así que se posicionan claramente en contra de su uso. Manifiestan su posición realizando performances especialmente relacionadas y/o adaptadas de obras de teatro. Las representan directamente frente al objetivo de las cámaras de videovigilancia. Usan su visibilidad -o las entrevistas en los medios de comunicación o su propio espacio web, cedido por notbored (http://www.notbored.org/the-scp.html)- para rechazar que los que se oponen a ser vigilados por una mirada desconocida sean por eso mismo sospechosos -o culpables- de algo. Apuntan con el dedo en público hacia los dispositivos de videovigilancia para dejar claro dónde están.

Bill Brown y sus compañeros de SCP realizan sus actuaciones frente a las cámaras de vigilancia aupándose para hacer sus pantomimas y alzando sus carteles con mensajes por escrito; el uso del texto es fundamental, los circuitos cerrados de televisión no suelen captar el sonido.

Aunque es cierto que la actividad de SCP empieza en 1996 con Ubu Roi, el colectivo estuvo inactivo hasta 1998. Fue cuando adaptaron frente a las cámaras del metro de Nueva York la obra 1984 de George Orwell, pieza que Fundación Rodríguez y ZEMOS98 eligió para representar el trabajo del colectivo en Panel de Control. A partir de ahí y hasta 2001 los SCP estuvieron especialmente activos y productivos, con más de 50 personas actuando con el grupo (más de un 75% de mujeres) y todos definidos políticamente como anarquistas y herederos de la Internacional Situacionista.

“Los SCP tienen la intención de protestar contra el uso de cámaras de videovigilancia en el espacio público, así como unir arte y política en una nueva mezcla. En este esfuerzo, nuestra inspiración número uno proviene de los escánadalos causados por la Internacional Situacionista”, especifica Bill Brown.

El cometido de los SCP es fundamentalmente un proyecto de visualización de cámaras de videovigilancia, ya que muchas pasan desapercibidas porque, o bien no están debidamente señalizadas, o bien están simplemente camufladas entre el mobiliario urbano. “Hacemos mapas para visibilizar las cámaras: demasiadas ni siquiera parecen cámaras (en vez de eso, parecen farolas u ornamentos) y la mayor parte de ellas no están acompañadas de carteles que especifiquen “Advertencia: estás siendo vigilado”. Pero también hacemos estos mapas para mostrar el poder de un recurso sencillo: las cámaras se identifican a través de un “ojo desnudo” (sin sensores, ni localizadores, etc.) y los mapas están hecho a mano (un lápiz y un bloc de notas). Y aún así producen un efecto poderoso: preocupa que estemos “ayudando” a terroristas y criminales, que no saben dónde están las cámaras. y (paradójicamente) también estamos ayudando a la policía y a los servicios secretos, que ¡tampoco saben dónde están las cámaras!. Finalmente hacemos mapas para ayudar a la gente a ver la ciudad donde viven realmente. Los mapas no son objetos a los que se les tome aprecio ni son mera contemplación; están hecho simplemente para ser usados”.

Brown aporta en uno de sus numerosos dibujos una guía para mapear cámaras de videovigilancia, que tiene nueve puntos:

  1. Extiende el mapa del área; cada calle debe tener un nombre y debe estar claramente visible.
  2. Un lápiz con goma (los errores no se pueden evitar pero pueden ser corregidos).
  3. Categoriza las cámaras por tipo de propiedad de los edificios (privado, estatal, federal...) o por tipo de cámara, dependiendo de la tecnología (primera, segunda, tercera generación), o ambas.
  4. Ve despacio, sé paciente, pero no te duermas en los laureles; revisa cada lado de cada calle por separado; no intentes identificar cámaras de acera a acera de la calle.
  5. Mira hacia arriba, no hacia el cielo, sino diagonalmente, como a los segundos pisos y también a la altura de los ojos; pero no hay necesidad de mirar hacia abajo, excepto para ver por dónde vas.
  6. Las cámaras con forma esférica son a veces partes de telefonillos o similar.
  7. Asegúrate de que miras arriba y abajo de todos los toldos, puertas y otras zonas que se sitúan por encima de entradas.
  8. Para justificar su colocación en el mapa, una cámara que está situada dentro de un edificio debe estar posicionada dentro de una ventana y mirando a la calle o en el interior de una entrada, pero mirando a la calle, etc.
  9. En las intersecciones, mira todos los semáforos, postes, farolas, etc buscando cámaras de tráfico.

Los mapas están siempre acompañados por la especificación: “Presentado solamente para fines educativos e informativos. No tiene la intención de usarse para la realización de ningún crimen o acto de terrorismo. No tiene copyright”.

“Partiendo del hecho de que somos performers, el humor es crucial para nuestro trabajo. Toda performance debe ser humorística a algún nivel, o mejor dicho, ser capaz de ver el humor es ser un performer. Pero ¿es el teatro y la performance más fuerte que la violencia? Eso es una pregunta demasiado general. A estas alturas de la lucha, el teatro es nuestro mejor recurso. Pero cuando la lucha haya avanzado -cuando el pueblo (las “masas”, no sus “representantes”) estén preparados para derrotar y derribar todas las cámaras que están siendo usadas para vigilarlos- la violencia será el arma utilizada por el Estado, y debemos estar preparados para defendernos a nosotros mismo en contra de eso”.

Aunque el trabajo de Bill Brown se ha centrado especialmente en los distritos neoyorquinos de Times Square, City Hall, Manhattan, SoHo, Harlem, Brooklyn o Chinatown, los SCP han contagiado sus prácticas también fuera de la gran manzana, fomentado que en otras ciudades otro grupos de personas o colectivos similares usen el mismo nombre de Surveillance Camera Players. Ciudades como San Francisco, Estocolmo, Bolonia o Estambul tienen actualemente un grupo de Surveillance Camera Players. Me preguntaba cuáles serían las diferencias que había encontrado Brown después de haber viajado por tantas ciudades, en los modos de percibir la videovigilancia. “Hay diferencias enormes entre países, incluso dentro de los propios países. ¡El capitalismo globalizado está lejos de ser homogéneo! En Inglaterra, no fuimos realmente apreciados: las cámaras son una “vieja historia” allí. En Alemania, fuimos en cambio más apreciados: las cámaras son algo muy “nuevo”. En Holanda y Austria, la policía nos ignoraba, pero en Italia o España se aseguraban de salir y no perdernos de vista. En Francia, el movimiento anti-cámaras de videovigilancia es muy fuerte; en Estados Unidos, es muy débil...”

Para animar a formar nuevos grupos de Surveillance Camera Players, en su página web se puede encontrar un listado de cómo hacer representaciones al estilo SCP (http://www.notbored.org/scp-how-to.html).

En muchas de las ciudades donde han llegado los SCP, han terminado participando en alguna exposición o muestra de algún centro de arte contemporáneo. Es el caso de Sevilla y ZEMOS98, por ejemplo. ¿Piensas que la lucha del grupo SCP podría desactivarse o simplemente reducirse a mera representación si el proyecto de los Surveillance Camera Players aparece en un formato de exposición? “No, porque seguimos manteniendo nuestra presencia en la calle: continuamos ofreciendo nuestros paseos por la ciudad (¡después de siete años!). Pero en el caso de que los paseos por la ciudad decreciesen, entonces -sí- existiría la posibilidad de que con el paso del tiempo nuestra lucha se vería reducida a mera representación, o lo que es lo mismo, reducida a polvo”.

We know you are watching

Es curiososo que haya titulado el libro que compila textos e imágenes de los 10 años de actividad del grupo con el nombre de We know you are watching. Surveillance Camera Players 1996-2006 (5). ¿Realmente somos conscientes de que estamos siendo vigilados? “Sí, pero tendemos a olvidar este hecho. Sin embargo, las cámaras nunca olvidan que están ahí vigilándonos”.

El libro documenta el derecho a la privacidad, la militarización de la policía, la ideología de la transparencia, la psicología en masa del fascismo, la sociedad del espectáculo, el acto patriota, Rudy Giuliani, el 11 de septiembre, el software de reconocimiento facial, la telerrealidad, webcams y sistemas inalámbricos, entre otros temas. Los Surveillance Camera Players han contribuido a la comprensión de nuestra transformación en una sociedad vigilada. En este libro compilan una extensa documentación y análisis al exponencial aumento de la videovigilancia en el corazón de Nueva York, sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre. La primera oleada histórica de instalación de cámaras de videovigilancia en Nueva York fue en los años 60 y 70, cuando la policía luchaba contra el crimen organizado. Un segunda paranoia vino apoyada por la campaña de “tolerancia cero” contra el crimen y la droga impulsada por el alcalde Giuliani. Los atentados del World Trade Center de 2001 sólo vinieron a empeorar el contexto, instalando más de 1.000 cámaras en el metro conectadas entre sí, videocámaras de vigilancia en barrios como Brooklyn o el Bronx y el anuncio de la instalacion de dispositivos de vigilancia en todos los autobuses públicos.

En una ciudad con más de 3.000 cámaras videovigilando ciudadanos, parece que el concepto mismo de ciudad pudiera ser culpable del desarrollo de una ideología de la seguridad frente a las libertades civiles. “No, los políticos, los líderes de corporaciones y las fuerzas policilaes son los culpables de todo esto. La ciudad -el concepto de ciudad- es inocente, sólo implica simultaneidad en tiempo y espacio, lo inesperado y los encuentros”. El uso del propio espacio en la ciudad es para Bill Brown lo que nos hace distinguir entre espacio público y espacio privado. “Es espacio privado no puede ser apropiado por aquellos que no son dueños. Mientras que nadie es dueño del espacio público, solamente puede ser apropiado”.

Como Brown no podía venir a Sevilla, nos pusimos en contacto con Amy Alexander y Wojciech Kosma, del grupo SVEN (Surveillance Video Entertainment Network aka "AI to the People"). Wojciech Kosma estuvo en el centro Andaluz de Arte Contemporáneo como profesor de un taller que tenía como objetivo hacer una performance en la calle. SVEN utiliza un sistema compuesto por una cámara fotográfica, monitor y dos ordenadores que se pueden instalar en lugares públicos, especialmente en situaciones en donde un monitor de CCTV está presente. El software detecta a los peatones y sus características físicas desde una furgoneta. El software lleva a cabo un uso del proceso de vídeo en tiempo real que recibe esta información y la utiliza para generar música y vídeo como representaciones visuales de la cámara fotográfica. El vídeo y el audio que resultan se exhiben en un monitor en el espacio público, interrumpiendo el tipo estándar exhibición de la cámara de seguridad. La idea es ironizar y examinar las preocupaciones por sistemas informáticos de vigilancia, no en términos de ser mirado, sino en términos de cómo se está haciendo el mirar.

Al trabajar con Wojciech, no dejaba de pensar qué diferente habría sido hacerlo con Bill. No hablo de calidad de los proyectos, ambos son sumamente interesantes. Pero es bastante probable que en vez de ordenadores, lentes, trípodes, monitores, cables VGA, RCA, generadores y firewires, el rider técnico de Bill Brown hubiese sido bastante más sencillo: lápices y folios. Y es que a fin de cuentas, la tecnología no es tan importante como pudiera parecer a primera vista. “Todo depende demasiado de los ordenadores, que es lo mismo que decir que todo depende demasiado de la electricidad y, por tanto, todo es demasiado vulnerable a un apagón ya sea accidental o intencionado. Sí, los SCP tiene un sitio web, pero podemos ser los SCP y hacer lo que hacemos incluso si se va la luz”.

Notas

(1)El Manifiesto Unabomber o La sociedad industrial y su futuro se puede consultar en http://sindominio.net/ecotopia/textos/unabomber.html.
(2)DUBNER, STEPHEN y LEVITT, STEVEN (2006) Freakonomics Ediciones B, Barcelona
(3)BONILLA, JUAN (1996) El hombre que quiso abolir el futuro. Unabomber Ajoblanco, número de octubre consultado por última vez el 1 de octubre de 2007 en http://es.geocities.com/juanbonillaweb/unabomber.htm
(4)Unabomber for President Political Action Committee, New York City Office http://www.notbored.org/unapacknyc.html
(5)Surveillance Camera Players (2006) We Know You Are Watching: Surveillance Camera Players 1996-2006 Politics, Theater, Performance Studies, Technology, Southpaw Culture, Factory School