Forward 2003 - 2009

¿Fiesta o festival?

por Lluis Guiu

A veces los términos se confunden y eso se nota en el ambiente. Aunque bien es cierto que cuando recurres a diccionarios no siempre encuentras lo que supones:

Festival (del inglés festival ) 2 Fiesta, especialmente musical.

Fiesta (del latín festa , plural de festum ). 4 Diversión o regocijo. 5 Regocijo dispuesto para que el pueblo se recree. 6 Reunión de gente para celebrar algún suceso, o simplemente para divertirse.

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El fin de semana del 15 de agosto, cada año, se desarrollan infinidad de "fiestas" en toda la costa española. Es el fin de semana más fiestero del verano, que además coincide con el apogeo del mes de agosto y en los pueblos, montañas y playas se reúne mucha gente.

En la playa de Villaricos (Almería) se celebró una fiesta con aspecto de festival. O más bien un festival que terminó siendo una fiesta. Pero veamos algo, desde los años sesenta (por poner una fecha), y a colación del éxito de la música pop-rock, vienen celebrándose "fiestas especialmente musicales" a lo largo del planeta. Estos festivales ya no son sólo de pop-rock sino que toda clase de música tiene como mínimo su festival dedicado (clásica, flamenco, experimental, hip-hop, electrónica...). Hoy día, a la sombra de fenómenos tipo Benicà ssim o Festimad, han surgido festivales por todos los pueblos en todas las fechas posibles y de todos los formatos posibles.

Decía, que en Almería se celebró Creamfields-Andalucía, un festival de música electrónica que dura catorce horas, con trato bastante desigual en todas las vertientes, pero con un claro interés en que el público baile sin parar. Creamfields, además de festival, es una empresa muy bien montada, que empezó en Liverpool (con el mítico club Cream) y que poco a poco ha ido desarrollando la expansión de su marca. Sí, se trata de una potente industria del ocio musical, que ha descubierto Andalucía.

El viernes 13 de agosto, en la playa de Las Negras, a unos treinta kilómetros de Cuevas de Almanzora, en la que parecía ser la única plaza grande de la zona, a las cinco de la tarde, en "versión orquesta" sonaba la canción del ’Pita-Pita’ de nuestra "amiga" Coca-Cola. Dos días después, domingo, a las cinco de la madrugada, en versión DJ (mediviertoquetecagasencimadeunescenario!), Fatboy Slim, demostraba que traía bien aprendido el fenómeno bootleg y que en su actuación no se iba a complicar mucho la vida.

De ambos momentos se puede aprender mucho. Pero de lo que iba todo esto es que el Creamfields-Andalucía me dejó una sensación extraña, de insatisfacción tal vez. Vale. No hubo grandes problemas, el aforo y la seguridad fueron correctos (especial mención el cartel de la puerta "prohibido el consumo de estupefacientes" no comment), el sonido era bastante bueno y apenas hubo algún leve retraso... pero nada fuera de lo normal.

Ahora bien, pero ¿tú de qué ibas al Creamfields? En un experimento difícil de realizar, me intenté hacer eco de los comentarios del público sobre el evento. Hubo quien fue con la resaca del FIB (estaba en la misma línea de costa que Benicà ssim y justo una semana después). Hubo quien fue de fiesta, sí, de fiesta, con origen bakala (que en Andalucía son habituales); y hay quien fue a escuchar a sus ídolos electrónicos, Massive Attack, Fatboy Slim, Miss Kittin, The Orb, Ángel Molina, Jeff Mills... por citar algunos.

Como decía antes, el ambiente es el que te da el carácter de las cosas. Aunque tus ideas sean otras, en Almería la gente quería fiesta (sus estupefacientes no consumidos se la reclamaban) y Creamfields-Andalucía fue una auténtica fiesta. Tan auténtica como la de la playa de Las Negras y su orquesta de verano. Eso sí, un poco más cara y supuestamente más cool.

Y la música, pues la verdad es que en los cuatro escenarios sonó mucho de lo mismo, ¿cómo llamarlo? ¿para qué cuatro escenarios con las mismas maletas en las cabinas de los DJ? Pero bueno, momentos interesantes sí que los hubo. Por señalar algunos, y a modo de resumen: los cuarenta primeros minutos de Fatboy Slim y su capacidad de ser una verdadera estrella del rock, a pesar de ser un poco "másdelomismo"; la leyenda de DJ’s Are Not Rockstars; el trabajo profesional, al máximo, (parecía un concierto de música clásica) de Massive Attack, un poco frío, pero con una puesta en escena impresionante que además fue, después de la caída de Goldfrapp, el único gran concierto del festival-fiesta Creamfields; el comienzo de The Orb (seguro que el concierto entero fue bastante interesante pero la organización tuvo la idea de ponerlo al mismo tiempo que Massive Attack); algunos momentos de Miss Kittin; algunos momentos de Kiko + Oxia; los visuales en la carpa más pequeña (el resto, concretamente el del escenario grande, pues como que no, que no terminaban de encajar con la música); los diez primeros minutos de Buenavista... y no mucho más.

Sin duda, Creamfields-Andalucía se autodefinió como festival (seguro, porque vienen de una cultura anglosajona) pero el evento fue una fiesta (del latín) similar a cualquier otra que se celebrara en esos días en otras partes de España. Pues eso, que viva la fiesta. Para eso era verano ¿no? Tal vez...

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