Forward 2003 - 2009

Liam Gillick y el Arte Conceptual

por Marcos G. Piñeiro

En esas mismas fechas, concretamente en 1964, nace en Aylesbury, Liam Gillick, artista con una reciente exposición en el CAC de Málaga y otra, que estará hasta enero, en la Casa Encendida de Madrid.

En primer lugar aceptar que la exposición de Málaga no la he podido visitar, pero la de Madrid sí y creo que es imprescindible. Sirva la coincidencia de las fechas para indicar la vigencia del arte conceptual. Sin que se entienda por esto que la obra de Sol LeWitt está concluida.

La verdad es que hoy en día el adjetivo conceptual se ha esparcido por todos los discursos artísticos. Más allá de la coherencia de este uso, digamos que esta situación puede haber ayudado a perder la referencia del arte que tomó el concepto como estrategia fundamental.

El artista conceptual trabaja, investiga o prueba desde un primer momento en la profundización de la idea, en la concepción más profunda y compleja de este término. Por lo tanto todo su proceso de creación está profundamente marcado por esta característica. El ego y la interiorización cobran una relevancia superlativa. Las relaciones con las formas y los colores, tienden a conservar una virginidad que parece atender a esa necesidad de no constreñir la idea, en base a criterios figurativos u otros aspectos que nos puedan simplificar, en alguna medida, su complejidad.

De este modo nos encontramos con unas obras que parten de formas sencillas y colores primarios, en las que el ego del artista, su experiencia y trayectoria, y su aportación textual, casi intelectual, adquiere capacidad fundamental para aportar significación a la exposición. De este modo es habitual que el libro-catálogo que se publica en cada exposición aporte claves fundamentales para comprender la obra y sea el elemento que permite que la exposición trascienda en el tiempo. En algunos casos, como en los murales de Sol Lewitt en la Fundación Pedro Barrié de la Maza (A Coruña. 2002), lo único que sigue existiendo es el catálogo de la exposición, puesto que la obra ha desaparecido al repintar la sala para mostrar la siguiente exposición.

El propio Gillick otorga una gran importancia al libro-catálogo de la exposición de Málaga para comprender el significado de la obra y en La Casa Encendida nos podemos hacer con un cartel-folleto de gran formato en el que la palabra, el texto, cobra una gran relevancia.

En Madrid, "A Factory in the Show", "Un texto corto sobre la posibilidad de crear una economía de la equivalencia", tratando de no desmenuzarlo demasiado, trata la figura del productor. Recuerda al joven Marx, al de los "Manuscritos Filosóficos", cuando define la alienación. Suena al Marx que agota sus últimos suspiros escribiendo "El Capital", tratando las relaciones de producción, de clase y la cuantificación del trabajo.

Gillick sitúa un modo de producción, unas relaciones de producción como elementos configuradores de la esencia misma del individuo. Se trata de un verdadero ensayo de antropología económica, pero un ensayo decididamente ficticio que aporta significación al lector-espectador en base a cualidades exclusivamente evocativas, un texto que no explica, ni define. Sin salida, ni final, que narra una idea. Una idea que no está escrita.

El artista conceptual investiga, profundiza, prueba y juega. El punto de mira de Gillick se sitúa ahí donde él mismo se reconoce, en esa fase donde su ego interactúa con la obra, en la producción, en el desarrollo de la idea. El mismo lugar donde el trabajador de una fábrica abandonada re-crea su objeto y sus relaciones con él.

El riesgo es el agotamiento. Sinceramente veo en el arte conceptual un universo que puede ser claustrofóbico. La directa relación con el ego, la búsqueda individual, la aspiración a lo máximo (aunque sea en la búsqueda de lo mínimo), creo que pueden agotar... Quizás diga eso Gillick, puede que no.

En cualquier caso, me parece un magnífico punto de arranque para la creación. Es más, creo que si a lo conceptual se le añade: interacción real, dinamismo, retroalimentación e inteligencia colectiva (guiño a zemos98), es capaz de dar unos excelentes resultados. Y es radicalmente subversivo con la actual tendencia de aportar valor a los objetos mediante la publicidad y las estrategias de venta.

En cualquier caso, jugándome el tipo, me gustaría (si algún lector llega hasta aquí) criticar la exposición "El arte sucede. Origen de las prácticas conceptuales" que está, también hasta enero, en el MNCARS (Reina Sofía). Pues consiste, simplemente, en mostrar objetos.

Una cita... "La percepción de ideas conduce a nuevas ideas" Sol LeWitt.

Índice